Como visión general del problema, en olivo, la gestión integrada de plagas presenta dificultades de diferentes tipos. Como ocurre en otros ámbitos, hay que diferenciar entre aquellos productores que antes de la aparición de la normativa ya realizaban unas prácticas correctas y otro grupo formando un abanico amplio con actitudes distintas. El abanico abarca desde a  los que no lo hacen por desconocimiento hasta los que creen que su forma de actuar es la correcta. El cumplimiento de la aplicación de la gestión integrada de plagas depende de muchos factores. Los factores más importantes, según mi punto de vista, son: la diferencia varietal y de sistema de cultivo, el  tiempo que se dedique al olivo, los medios de que se disponga para su cultivo, la cosecha que se puede esperar i también del precio del aceite, aspecto que es fundamental. 

Nuestra zona presenta características especiales que hacen que el problema tenga abarcarse con una visión general. El Baix Ebre y el Montsià, son zonas endémicas de mosca del olivo, lo que lleva asociado la necesidad de  un tratamiento colectivo. En los años 60 y 70 los diferentes municipios tomaban sus decisiones independientemente. En 1986 nació la ADV para el control de la mosca de la oliva  en Baix Ebre y Montsià, con la finalidad de agrupar los pueblos de las dos comarcas en una única unidad funcional. Actualmente por la necesidad de adaptarse a nuevas concepciones sociales el tratamiento aéreo debe ser sustituido, por ese motivo, desde 2003, estamos buscando unos sistemas de trampas que sirvan para la lucha colectiva. Hay que decir como conclusión que si el sector responde con su colaboración,  el sistema de captura esta evaluado y contrastado para su aplicación.